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La amiga de Aurora asistió a la academia de aeronáutica en América para aprender a aterrizar aeronaves.
Antes de acreditarse para asistir a las aulas americanas tuvo que aceptar las anotaciones que aparecían en el anexo adjunto sobre alimentación, aseo, atuendos, armas, actividades, alucinógenos, etc. Mientras en el avión se aseguró aposentarse en el asiento más acolchado, una azafata apareció con un abrigo azul y alpargatas amarillas; llevaba muchos aros y anillos, con aspecto afro.
La alteró los altibajo que acompañaban al avión aparentemente producidos por el aire que amenizaba la atmósfera. Al aterizar el asfalto del aeropuerto americano estaba abarrotado de agujeros anormales. En la academia se acostumbró a adivinar las acepciones ambivalentes del habla americano y aunque ella añore Australia, agradece la amabilidad de los americanos y hasta ahora ama la aeronáutica.
